¿Y si tu punto débil fuera tu mejor baza? Así es cómo convertir una debilidad en una ventaja competitiva

cómo convertir tus debilidades en tu ventaja competitiva

Si quieres saber cómo convertir una debilidad en una ventaja competitiva, este enfoque va a darte la vuelta al cerebro (y al posicionamiento).

En este email te muestro cómo transformar los puntos débiles de tu negocio en características diferenciadoras que te posicionen de forma única. 

Dale una vuelta (con sinceridad, sin hacerte trampas al solitario) las desventajas de tu producto y enfréntate a ellas, de ellas puede surgir el cómo convertir una debilidad en una ventaja competitiva. 

Cada producto, servicio, oferta tiene puntos menos atractivos, desventajas, debilidades. 
Nada es perfecto y la gente lo sabe. Tu cliente también lo sabe. Y tú, deberías de saberlo. Y en relación a una categoría, menos… o no. 

La mayoría intenta esconder sus debilidades. Las maquilla. Las compensa. Las disimula. Y al hacerlo, pierde la oportunidad de diferenciarse. De convertir lo que parece un problema en una ventaja competitiva. Porque la gente huele la falta de autenticidad a kilómetros. Atufa. Apesta. Hiede, que se decía en mi pueblo.

Pero la gente respeta la honestidad. 

Si sabes cómo hacer de esta debilidad una ventaja. Si sabes cómo convertir tu desventaja, tu punto flaco, en un motivo de diferenciación. Es una perspectiva de valor muy potente. Un enfoque para encontrar un valor dónde antes solo había debilidad. Dudas. Miedo. 

Reformulamos el valor desde otro contexto competitivo, sobre todo, desde el territorio. 

Por ejemplo, si en una categoría lo esperado es lo natural, claro, luminoso, sencillo, nosotros ofrecemos un territorio urbano, oscuro pero vibrante, sofisticado. No hay montañas, hay edificios. No hay plantas, hay aceras y calles. No hay sol, hay neones y la palpitante aura de la metrópoli. No es el lugar para conseguir tu bienestar, es el lugar para ser tu yo más auténtico. 

Y todo surge desde nuestro aspecto más débil ante la categoría. 

No es ya sólo ser honesto (que ya es mucho) es construir tu ventaja competitiva, lo que te hace único, sobre ello. 

Mira este ejemplo de un restaurante italiano: 

«Si quieres camareros en esmoquin con paños de lino blanco colgando de sus estirados brazos, menús con palabras impronunciables y vinos caros servidos en heladas cubiteras de plata cuando sales a comer comida italiana, nuestro pequeño restaurante no es el sitio al que debas venir. Pero si lo que buscas principalmente es un buen plato de pasta casera con deliciosas salsas elaboradas con verduras de la huerta con el verdadero toque real de la Mámma, te cambio el paño de lino blanco por manteles de plásticos rojos y blancos. Entonces, sí. Te encantará venir a nuestra casa. Si te parecen bien dos o tres opciones de vino tinto o blanco, te podemos servir todo el que quieras de nuestra famosa botella sin fondo – gratis con tu cena.» 

Lo he sacado del libro «The Ultimate Sales Letter» de Dan Kennedy y, al leerlo, ha sido el detonante del email de hoy.

Con este enfoque consigues: 

* Ser brutalmente honesto, lo que genera confianza instantánea.* Reposicionar a la competencia como pretenciosa o superficial.* Atraer a clientes que comparten tus valores reales. * Crear un territorio narrativo propio y defendible.* Te puede dar pie a reirte de ti mismo, ya sabes: manteles de plástico de cuadros rojos y blancos, yo hubiera añadido: «Como los que había en el restaurante familiar donde Michael Corleone asesina a Virgil Sollozzo y al capitán McCluskey en el Padrino»

Reírse de uno mismo y hacerlo ver, funciona muy bien si lo sabes hacer.

Las debilidades admitidas se convierten en fortalezas. Las fortalezas fingidas, en líneas rojas. 

Si quieres descubrir cómo transformar tus puntos débiles en un posicionamiento único, cuéntame de tu caso particular. 

Nos echamos una vídeo donde identificaremos tu «debilidad diferenciadora» y cómo potenciarla.


Tus competidores siguen gastando su presupuesto en parecer perfectos. Tú solo necesitas ser honesto y auténtico para destacar. ¿Quién crees que recordará tu audiencia?