¿Por qué arrasamos con el papel higiénico? Así es cómo influye el cerebro reptiliano en las decisiones de compra

estanterías vacías en el apagón

Así es cómo influye el cerebro reptiliano en las decisiones de compra: movilizando a tu cliente desde lo más primitivo. Desde ese lugar donde no hay lógica. Solo impulso. Solo necesidad de sobrevivir.

Lo vi en directo el otro día. En el súper.
Apagón. Siete de la tarde.
Mis hijos venían a cenar porque en su casa no había luz.
Y aunque vinieran solo a por calor y lentejas, lo que se respiraba en el aire era tensión.
Carreras, murmullos, garrafas disputadas como si fueran reliquias.

Y por supuesto: el lineal del papel higiénico, vacío.
Destrucción y miseria donde antes había celulosa.

Y entonces lo vi claro.

El reptil decide antes que tú

Según Paul MacLean, el cerebro reptiliano —Complejo R— es la capa más antigua del cerebro humano.
No reflexiona.
No planifica.
Actúa.

Y en situaciones de amenaza, como un apagón o una pandemia, es él quien toma el mando de la compra. Porque todo lo que compramos en esos momentos responde a un solo mandato:

Sobrevive.

El neocórtex lo justifica.
El límbico lo envuelve de emoción.
Pero el primero que decide es el reptil.

Miedo, consumo y papel higiénico

¿Por qué arrasamos con rollos de papel?
¿Por qué llenamos carros con productos que jamás compramos?

Porque el cerebro reptiliano enciende el modo tribal de supervivencia.
Recuerda épocas de escasez, peligro y amenaza colectiva.
Y reacciona como hace milenios: acaparando, protegiendo, asegurando.

Y en una sociedad civilizada, eso se traduce en:
«al menos que no me falte papel para limpiarme el culo cuando todo se vaya a la mierda».

Cómo usar esto sin convertirte en un manipulador barato

Saber cómo influye el cerebro reptiliano en las decisiones de compra no es una excusa para jugar con el miedo. Es una responsabilidad estratégica.

No generes nuevos temores.
Pero conoce los que ya existen.
Identifícalos.
Y convierte tu oferta en una respuesta real a ese miedo.

Porque si tu marca no da seguridad, otra lo hará.

Tu cliente no te elige por lo que piensa. Te elige por lo que teme.
Si quieres construir una marca que hable al instinto, no al ego, hablemos.

[Quiero que mi marca conecte con lo que de verdad mueve a mi cliente]

Hazlo antes de que se repita la escena y volvamos todos a pelearnos por el último rollo de papel.